
El romanticismo se desarrolla en una sociedad en la que la verdad absoluta no existe y en la que hay una consciencia modernista muy fuerte y un individualismo muy prominente. Se indentifica como un movimiento cultural y político que se desarrolla en la primera mitad del siglo XIX. Espronceda tuvo una vida muy romántica; tuvo un amor que se llamaba Teresa, pero se murió. Podemos ver que un número de sus obras realmente se basan en el hecho de que perdió su amor. Una de las características románticas más claras que destaca en El Estudiante de Salamanca es la idea del amor y los amores de gran contraste; el amor y el desamor.
Se trata de un joven burlador que se pone a seducir a una monja. El Estudiante de Salamanca relata la historia de Félix de Montemar, un donjuán típico; un seductor compulsivo, que seduce a Elvira. Él es un "héroe satánico". Montemar no destaca por su donjuanismo, sino por su sataismo. Vemos como el hombre romántico busca una huida a través de tiempo y espacio, y en El Estudiante de Salamanca, vemos como no se siente justo en su mundo así que busca la felicidad perdida en espacios exóticos. Un elemento típicamente romántico es el hecho de que los escritores combinan los géneros y mezclan verso y prosa. Aquí, vemos que la historia del estudiante tiene una doble adscripción genérica; el cuento y la leyenda.
Con lo que se refiere a los personajes y narradores románticos, el protagonista es el prototipo de personaje romántico: libertino, provocador, valiente. Podemos comparar el personaje de don Félix con el Don Juan Tenorio de Zorrilla dado que son dos personajes muy parecidos en su concepción y también sus hábitos como personajes. Zorrilla le salva gracias al amor de Dona Inés y en El Estudiante de Salamanca, observamos que a pesar de que hay reminiscencias aún de amor por parte de dona Elvira, don Félix se condena por su obstinación. El tema romántico que comparten los dos textos es el amor más allá de la muerte.
Otro elemento muy típico del romanticismo es la consideración del poeta como capaz de reflejar una realidad más compleja. El diálogo y la descripción de Félix de Montemar es muy explícita, con mucho detalle y como el lector o oídor, nos dice mucho con lo que se refiere a sus sensaciones y pensamientos.
Cifró en don Félix la infeliz doncella
toda su dicha, de su amor perdida;
fueron sus ojos a los ojos de ella
astros de gloria, manantial de vida.
Cuando sus labios con sus labios sella
cuando su voz escucha embebida,
embriagada del dios que la enamora,
dulce le mira, extática le adora.
Este fragmento es un buen ejemplo de la importancia del amor y la descripción en este cuento. El uso de léxico muy específico muestra realmente cuanto le ama y cuanto le adora. El uso de repetición también muestra el extento de sus sentimientos.
De una manera típicamente romántica, el autor se hace referencias a otras leyendas, Don Juan Tenorio incluso.
Segundo Don Juan Tenorio,
alma fiera e insolente,
irreligioso y valiente
altanero y renidor.
También podemos ver que ciertos elementos de otros textos también entran en la obra; una tumba de dormidos vivientes, que hace referencia a las ciudades como tumbas en las obras de Larra:
Era más de media noche,
antiguas historias cuentan,
cuando en sueño y en silencio
lóbrego envuelta la tierra,
los vivos muertos parecen,
los muertos la tumba dejan
El hecho de que la lámpara alumbra una imagen de Jesús muestra la importancia de la religión el la vida del personaje y la sociedad y época en la que vive. La luz brillante destaca la imagen religiosa y podríamos decir que la destaca porque es el elemento más importante en las vidas de los ciudadanos durante esta época. Como ya sabemos, la Iglesa era un instituto muy importante, asi que la religión dominaba la vida de los habitantes.
[...] que la lámpara que alumbra
una imagen de Jesús,
atraviesa el embozado
la espada en la mano aún,
que lanzó vivo reflejo
al pasar frente a la cruz.
Un elemento característico del romanticismo presente en este texto es la idea de un mundo imaginario y fantástico. Es un mundo ilógico y todo lo que paso dentre de este lugar realmente no tiene sentirdo. Los primeros versos nos sitúan en un marco urbano casi encantado donde los sustantivos y adjetivos recrean este ambiente de lo fantástico: “lóbrego” (v. 4), “muertos” (v.5), “tumba” (v.6), “fantasmas” (v. 11), “campana” (v. 15), “maldición” (v. 18), “brujas” (v. 20). También, al final del cuento, para remitir a la aparición diabólica, ancla en la tradición oral, una característica fundamental en las obras románticas. Esto destaca aún más el concepto del mundo fantástico y las apariciones de elementos ilógicos. Un romántico encuentra en su sueño la posibilidad de eludir la realidad y viajar hacia el misterio. Esto se hace muy claro en los personakes solitarios que viven al margen de las normas establecidas, por ejemplo Don Juan Tenorio y Don Quijote.